19 de Mayo

Uno de mis peores defectos es que casi nunca olvido una fecha. Hoy es una fecha especial. Hoy es el cumpleaños del hombre de la sonrisa bonita y la mirada profunda. Hoy cumples 35 años.
C.G.Stetzelberg, donde quiera que estés, te deseo todo lo mejor y la mayor felicidad en el día de tu cumpleaños.

Trebol de cuatro hojas

Para todos aquellos que no lo hayan visto nunca. Os aseguro que existen y yo tengo uno. Según cuenta la leyenda, el que tiene la suerte es el que alguna vez en su vida encuentra un trébol de cuatro hojas, y es cierto que yo no lo encontré. Fué un regalo. Estaba en casa de mi amiga. Habíamos estado almorzando en la terraza porque el día fue muy bueno y decidió preparar una barbacoa a la que, como siempre hace, me invitó. Pues eso, estábamos recogiendo la mesa cuando ella miró (sólo un momento) a una maceta que tiene en la terraza con uno de esos naranjitos chinos que llaman Kun Kwak (o algo así) y en una fracción de segundo me tendió la mano diciendo: toma, te regalo un trébol de cuatro hojas. Yo al principio no me lo creía, pensé que estaba de broma, porque ella tiene mucho sentido del humor, pero no, era cierto. Lo tomé en mis manos y lo observaba entre maravillada y asombrada. Ella ni siquiera tuvo tiempo de pensar qué hacer con él cuando me lo regaló.
Yo no encontré el trébol, es verdad, pero la encontré a ella, que es la mejor amiga del mundo.
Aquí está el trébol. No sé cómo conservarlo y no quiero que se me pudra. Lo he metido entre las páginas de un libro pero el pétalo que estaba en contacto con el tallo se ha empezado a poner más amarillo que el resto.
Aunque se pudra, yo ya lo he visto y puedo dar fé de que existen. Esto me da fuerzas para creer en muchas más cosas que siempre he pensado que no existían o que no se podían conseguir. ¡GRACIAS AMIGA!

"Beish Champagne"

El sábado, mientras tomábamos unas tapas le dije a un amigo: -qué moreno estás! has ido a la playa? me contestó: -No, es por .... y no le oí nada más sólo vi que empezó a ponerse como un tomate. -¿qué has dicho?- le pregunté. -No, que es por.... y otra vez farfullando. En vista de esto le pregunté a una amiga que estaba a mi lado: -me estoy quedando sorda, ¿qué ha dicho?- y va y me dice que el moreno es porque se ha comprado un descapotable. -¡Pero bueno!-le digo, - eso es por la subida de sueldo, no? (porque le han ascendido). Pues no, es por un capricho y parece ser que le quedan un montón de letras que pagar. Bueno pues ya me interesé por el tema (el chico lo merece), -y qué, qué marca es?, de qué color?- y me dice que es un Megane en color "Beish Champagne". Yo me quedo a cuadros. Siempre habían dicho que las que inventaban colores raros eran las mujeres (color pistacho, rosa palo, color grosella etc), pues hay de todo... ante mi sorpresa él me dice: -vamos, dorado metalizado. Aún no lo he visto, así que no puedo dar una descripción propia. Bueno, pues gracias a ese interés por "su interés", al fín se decidió a sacarme a bailar (le ha costado) y también se fijó en mi tatuaje, lo cual quiere decir que me miró algo más abajo de la espalda. Lo tengo desde hace 3 años, le conozco desde febrero y casi siempre enseño el tatuaje pero hasta este sábado no lo vió y se mostró bastante interesado; incluso me dijo que quería hacerse uno pero que no encontraba el valor. Después de una noche fantástica hablando y bailando, a las dos y media le dije que me iba. Fue entonces cuando me cogió por la cintura y me dijo: quédate conmigo a escuchar Los Lunnies, anda... Para los que no conocen de qué va la historia os contaré el por qué: El bar donde vamos a bailar tiene licencia para estar abierto hasta las 3 de la madrugada y para avisar a la gente que hay que cerrar, la última canción que ponen es la de Los Lunnies (...buenas noches hasta mañana...etc). Pero no podía. El día había sido agotador. Estuve en la playa (Ahí va una foto)

y la playa me descarga completamente. Prometí estar fresca como una rosa para la semana que viene, así que mejor iré a la playa el domingo, con un poco de suerte igual se viene conmigo;-)

Inseguridades, necedades, daños y perdones

Hay que ver lo necios que podemos llegar a ser. Pensamos que nuestro amor es el más grande del mundo, pensamos que somos los más desdichados.
Precisamente hoy he leído un artículo en una revista en la que se habla de la manipulación psicológica que podemos ejercer sobre aquéllos a los que queremos, bien para despertar su atención, bien para aprovecharnos de su buena fé. La manipulación psicológica que más se suele utilizar, incluso sin darnos cuenta es colocarnos en el papel de víctima.
Este tipo de manipulación, parece ser que se hace sin intención premeditada. Como los perros de Paulov: sabemos que tras una situación en la que somos desgraciados, las personas que más nos quieren se vuelcan con nosotros para que no nos sintamos solos y así, instintivamente, utilizamos esta forma de llamar la atención para que nos escuchen.
Otro sistema es el daño psicológico utilizando lenguaje ácido, descalificaciones hacia su persona o hacia otra persona de su entorno.
Otro tipo de manipulación son los celos. Achacamos comportamientos extraños a los celos. Cualquiera puede entender los celos como algo positivo. Al decir celos, parece que implica mucho amor: amamos tanto que necesitamos sentir el deseo de “posesión” pero en realidad es lo más negativo que existe en una persona. Los celos no son signo de amor al prójimo, sino de amor propio. El celoso sólo piensa en ser querido y no en querer, si se pusiera en el lugar del otro se daría cuenta de cuánto daño le está haciendo con su actitud. Los celos destruyen más que el desamor. Destruye la relación, destruye la base sobre la que se forjó ese “amor”, destruye a la víctima y sobre todo destruye al instigador, relegándole a los más bajos instintos, desconfianzas, sospechas, odio, rencor, insultos, descalificaciones, inseguridades. Le convierte en una sombra de persona que no merece realmente todo lo que tiene, porque “todo” le parece poco y siempre quiere más, a costa de lo que sea.

Yo lo he hecho.
He sido la insegura, necia, que ha hecho daño y que pide (humildemente) perdón.