Al conocido desconocid@

Esto bien se merece un post.
Evidentemente, Ziryab, estás muy cerca de mí, aunque aún sigo dudando de quién eres...
Mis ramitas empezaron a brotar un sabado también.
Tienes razón, soy amante de las flores (aunque hoy he descubierto que mi cactus favorito ha muerto, del todo), y he oído hablar de la hierba luisa, sin embargo nunca he tenido la oportunidad de apreciar su aroma. Yo, particularmente, prefiero el olor de las lilas y es lo que notarías si pasas cerca de mí.
En alguna ocasión también me hablaron del heliotropo, y aunque lo busco, aún no he conseguido encontrarlo.
Realmente, me siento bien ahora.
Aún me acuerdo de los últimos tiempos en que alguien me ha hecho sufrir, por un amor que le daba a diario (como tú a tu hierbaluisa) pero que no ha sabido ver de la misma manera que yo. Durante mucho tiempo guardé esté amor en silencio y un día se lo declaré, pero ésto sólo sirvió para que nos distanciáramos cada día más y más, hasta que hoy por hoy apenas sé de sus penas y de sus alegrías, y esta distancia también me duele, pero, hasta cierto punto, trato de entender los motivos que le llevan a actuar de esta manera. Ya casi no me contesta los mensajes, y me esquiva cuando le llamo... o eso me parece a mí.
Hace unos días trataba de hacérselo ver a Luna, y tú Ziryab, lo has descrito a la perfección. Yo soy fuerte, mi vida y todo lo que me ha ocurrido me han hecho fuerte. No estoy diciendo que sea yo la que más ha sufrido del mundo, claro que no, pero no lo he tenido fácil. Si como parece, me conoces, estarás de acuerdo conmigo. Esa fortaleza se queda en las raíces, pero las raíces están en el fondo y hay que hundirse mucho para darte cuenta de que la fuerza está ahí. Yo he tocado fondo, quizá más veces de la cuenta, pero gracias a ese regado, encuentro mi fuerza y me levanto. Luna me decía que a veces nos dejamos caer en los brazos de la primera sonrisa que encontramos, y es cierto, pero siempre estamos a tiempo de rectificar, no? Esa sonrisa es mi regado, es la vitamina que me hace descubrir que todo no está perdido, pero cuesta, claro que cuesta...Lo que la experiencia me ha enseñado es que los antiguos amores no suelen regresar (salvo excepciones, y conozco una muy de cerca, y no soy yo, precisamente)

Por tu forma de describir y contar, creo recordar a alguien que pasó algunos años de su vida en Granada (y que una vez caminó conmigo). Según he podido investigar del verdadero Ziryab, creo que él también pasó un tiempo de su vida en Granada, aunque luego se trasladó a otra ciudad andaluza...

Me gustaría tener en mi ventana una maceta de hierbaluisa y una de heliotropo.